Crónica de la 1ª de Feria en Las Navas del Marqués


Media entrada para la primera de feria, tarde nublada al borde de la lluvia. Contraste de emociones: contentos porque en las Navas se hagan las tan necesitadas novilladas y tristes por ver que los tendidos no se llenan.

Sergio Díaz, novillero local
En el cartel, dos novilleros con caballos: “Toñete” (de sangre de toro y oro) y Angel Téllez (de verde botella y oro); y el novillero local que debutaba de luces Sergio Diaz (de azul celeste y oro). En los corrales cuatro novillos de la ganadería Onubense “Villamarta” y uno de Martin Carrasco para el debutante.
Abría plaza el heredero de AC hoteles. Por delante “Guerrero”, un “cornivizco” que salió con la cara por las nubes, aunque finalmente humilló, sin trasmisión, en la muleta del madrileño. Muletazos de uno en uno que no decían nada en los tendidos (lo que fue tónica general a lo lago de la tarde). A la cuarta estocada fue la vencida. El cuarto no fue menos que su hermano y en aras de no sufrir una envidia necesaria a su familiar embistió a media altura en la muleta, tirando algún gallafón de vez en cuando. Hay que destacar la entrega de un torero que desplantó al burel valientemente en la última tanda, por lo cual se le concedió un apéndice.
Téllez venía prometiendo, o por lo menos eso aventurábamos después de verle en Madrid. Este es uno de los que está arriba en el escalafón y así debe demostrarlo. El primero de su lote “groserillo”, negro listón, no le dejó ponerse torero, aunque tuvo visos de hacer las cosas bien al principio. En la segunda tanda cogió sentido y empezó a quedarse en la axila, quitando todas las opciones que podíamos esperar. Seis entradas a matar que hacen pensar si los jóvenes están haciendo las cosas bien en esta suerte. El cuarto prometía de hechuras, novillo “Colorao” con unas medidas imponentes y completamente legales para una novillada picada en cualquier plaza de primera. Como decimos prometía, porque ahí se quedó, en promesa. El Toledano no pudo más que ponerse y hacer ademán de esa sobriedad que le caracteriza, dos buenas series de muletazos con la diestra le hicieron merecedor (para el público) de una oreja.
Lo mejor de la tarde vino de la manos de Sergio Diaz. Todos estábamos deseando de ver el empaque (el cual he tenido la suerte de ver en tentaderos) de este niño, o mejor dicho hombre ya, que se graduó de oro en su pueblo con un novillo al que le faltaron fuerzas. Una lástima a pesar de las ganas y perseverancia que tuvo Sergio, ya que se lo jugaba todo a una carta, cosa que no entendemos ni entenderemos. Tuvo “mochuelito” un excelente saludo capotero ajustado y entallado a manos del navero, y un quite por gaoneras muy lucidas. Empezó la faena de muleta brindando a su apoderado Antonio Pedrosa. Dos tandas por la derecha únicamente emborronadas por la flojez, como decimos, del novillo. Estampa torera de Sergio que dejando las manoletinas en el albero sigue queriendo demostrar las ganas que tiene de ser figura. A la segunda estoconazo arriba haciendo la suerte como se debe, despacio, dos orejas y puerta grande, premio para la entrega y las ganas de un torero en su pueblo.
Crónica de Rafael Pascual Quirós
En breve todas las imágenes de la tarde en nuestra cuenta de Flickr.
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Maravilloso!! Reportaje fotográfico!! Francisco Javier Flores