¿ Quién y cómo mueve los hilos ?


Tercera entrega de El Pasatiempos de nuestro colaborador Santos Martin.
Con el sabor amargo de la derrota electoral aún presente, durante el otoño de 1995, sonó el timbre de mi casa. La visita, no me extrañó tanto como el objeto de la misma. Un vecino de Las Navas, con humildad, educación y respeto, me contó que había solicitado licencia de obras para construir un garaje en el jardín de su casa. El alcalde de turno, en el Ayuntamiento, le había informado que por su parte no habría ningún problema, pero que el permiso lo tenía que dar yo, que estaba en la oposición y en caso que lo denunciara, posteriormente tendría que proceder al derribo de ese garaje.
El sentimiento de indignación que me provocó la noticia fue inmenso. Tan grande, tan grande como el de pena, que al mismo tiempo me invadía irremediablemente siguiendo el compás.
Frente a mí, se hallaba un vecino del pueblo con información municipal deliberadamente manipulada, y que en su ignorancia, (dicho sea con todos mis respetos), se había creído a “pies juntillas”, la patraña urdida en el Ayuntamiento.
A día de hoy, no puedo asegurar haberle convencido con mi argumentación de entonces:
-Yo, perdí las elecciones. Quien da y deniega las licencias es el Alcalde, no la oposición. ¿Tú te crees que en el Ayuntamiento mando yo, y el Alcalde hace lo que ordeno yo?
Viene al caso esta verídica, aunque, triste anécdota, porque en la actualidad, otra persona del pueblo, a la que reconozco y agradezco tanto su valor como su sinceridad, me paró por la calle para decirme que había llegado a sus oídos por distintas fuentes, que su cónyuge no había sido contratado como empleado en el Ayuntamiento, porque yo, no lo había consentido y había preferido que entrara un emigrante.
Comparto el dolor que esa información pueda haber causado a la familia entera. No es necesario finalizar este nuevo episodio, cuyo final sería exactamente igual que la historia anterior.
Se me hace difícil entender que en el año 2015, sigan existiendo en Las Navas personas que se dejen engañar de forma tan miserable. Se me hace difícil entender, que cualquier medio sirva para conseguir un fin, incluso el de provocar sufrimiento.
Si puedo afirmar algo es lo siguiente: QUIEN HACE Y DESHACE ES EL MISMO.
Aceptemos la realidad, desterremos la ignorancia y perdamos el miedo ya.

