Y la arena se lleno de lágrimas.


Ayer se fue un maestro, un pillo, si se me permite un golfo de la vida refiriéndome con golfo, a alguien que se enamoro de la vida y la disfruto de todas las formas que le pareció en su momento, bien guitarra en mano bien como pastor evangélico que aunque no le duro mucho esto último, en todo lo hizo con esa sonrisa en la cara de la que tantas veces pensé la tenia dibujada. Siempre estaba ahí.
Hoy un borriquito deja caer sus lagrimas en la arena y los muertos se levantan para acompañarle de parranda ,mientras les convence que es mejor reír que llorar, que cantando se es feliz , bailando todos juntos al son del tracatra, saboreando la música con su compadre el gitano Antón y vigilados siempre por el eterno don Toribio Carambola.
Ayer se nos fue el auto proclamado rey de la rumba, y digo auto, porque mientras él lo hacía en el Raval, en la calle de la cera. Otro joven gitano al que llamaban “el Pescaílla” hacia lo mismo en el barrio de Grácia, de esa “lucha de reyes” salimos todos beneficiados. Salió la Rumba Catalana.
Hoy los flamencos lloran.
Ayer, se nos fue un grande, Pedro Pubill Calaf.
Ayer hoy y siempre serás un maestro entre maestros.
Hasta siempre “Peret”
D.E.P.
